La naturaleza es tan sabia que ha dispuesto para los críos mamíferos la presencia de una madre que los acompaña durante un tiempo hasta que logran independizarse. Los humanos no escapamos a esta regla, por mucho que las madres modernas, por estética, pretendan dejar a los niños antes de tiempo. Y es por esta pretensión y otras razones que rescatamos la necesidad de protección de los niños. A diferencia de los animales, los humanos no somos tan naturales, porque hemos desarrollado aspectos de sociedad y cultura, pensamiento y lenguaje que nos hace pasar por procesos de desarrollo que un animal por su propia naturaleza no tiene. Por esa diferencia, es que nos encontramos por encima de la escala filogenética lo que nos hace tan dependientes en los primeros años, no sólo físicamente, sino mental y emocionalmente. Tener un hijo o hija a temprana edad puede ser maravilloso o puede ser un desastre, depende del desarrollo emocional de las personas y de la forma en que han sido criadas. Si ...